En esta semana de penitencia y encuentro con Dios, se han suscitado varias declaraciones por parte de los miembros de la llamada mesa de la unidad y alguno de sus integrantes juveniles.
Voy a “tratar” de no mencionar nombres, pues hace poco pude observar en un programa televisivo (Buenas Noches), una entrevista que se les hace a los principales candidatos juveniles y pude con acierto (creo) determinar que todos andan en la misma “onda”.
La opinión pública respecto a las candidaturas de estos jóvenes está dividida, algunos consideran que son la generación de relevo de la política venezolana, que traen ideas frescas, energía y ganas de enfrentar las injusticias del gobierno. Por otra parte, hay un sector que piensa que por su condición de jóvenes carecen de experiencia y madurez política y que su autodenominado carácter de generación de relevo no es más que la factura política –a la que se creen tener derecho de hoy pasar- por apoyar los movimientos políticos a través de protestas estudiantiles.
Considero que toda persona que cumpla los requisitos mínimos exigidos por la ley tiene el derecho a optar por cualquier cargo público, y será el voto del ciudadano quien le dará o no la razón de su postulación, pero esto lamentablemente podría aplicarse en aquellas contiendas electorales tradicionales, caso que no es el nuestro.
El problema que se presenta actualmente, es que en muchas circunscripciones se les está exigiendo a estos jóvenes, que cedan su postulación a los denominados “presos políticos”, y pasen a formar parte de los llamados suplentes. Este hecho hizo que se produjeran rabietas, gritando a viva voz “PRIMARIAS”; entre estas rabietas, la de Yon Goicoechea, quien salió –como buen muchacho- a hablar sin consultar –ni pensar- y como consecuencia recibió un jalón de orejas por parte de su partido, quien lo llamo acertadamente inmaduro.
Alega esta generación de relevo, que los políticos tradicionales han fracasado y que ahora ellos merecen la oportunidad de tomar las riendas, nada más y nada menos que en la Asamblea Nacional. Como ejemplo, algunos periodistas hacen analogía con los casos de Leopoldo López y Enrique Capriles Radowsky, analogía de mas decir tonta, ya que ambos fueron jóvenes graduados antes de optar por los cargos públicos; ambos provenientes de familias reconocidas que de cierto modo les permitieron prepararse de manera superior que cualquiera de los hoy candidatos juveniles; ambos ganaron sus respectivos cargos antes que Chávez obtuviera la victoria Presidencial y antes de que tomara las acciones que dificultaron sus respectivas gestiones, lo cual fue su verdadera escuela, pues ellos pudieron ejercer sus cargos en un antes y en un después y fue en ese después que demostraron lo que valían y lo que hizo y hace que la gente confíe en ellos.
Nadie puede negarles a estos jóvenes que hayan tenido una suerte de vida política y que en ciertos momentos se han comportado a la altura, no han logrado un Mayo de Paris, pero tampoco se han quedado del todo sentados; pero algo si deben tener en cuenta, no jueguen a lo mismo que juega el oficialismo, al voto impuesto. Uno de los grandes problemas que tenemos en la oposición venezolana, es que en la mayoría de los casos, votamos por un candidato, no por su capacidad ni por su proyecto sino porque no es chavista, lo que ha permitido que los políticos negocien candidaturas a diestra y siniestra, lo que ha provocado todas las peleas que hemos presenciado desde los tiempos de la Coordinadora Democrática hasta el patético percance ocurrido en Valencia y del cual señalan como responsable al grupo de Proyecto Venezuela (si, una vez mas).
Les preguntan a los jóvenes que asistieron al antes mencionado programa de televisión que si bien tienen el derecho a participar en las primarias, ellos deben presentar un proyecto, a lo que contesta uno de ellos que su candidatura mas que un proyecto es una renovación, una nueva opción (#PATETICFAIL – ¿Quien se cree, Aldemaro Romero y su Nueva Onda?). Otros dicen que van a proponer leyes que le den carácter vinculante a las decisiones tomadas por los jóvenes (#ILEGALFAIL – Legalizar un beneficio a un sector de la población es inconstitucional, se llama discriminación); que van a proponer una ley sobre emprendimiento de jóvenes y del primer trabajo (#ECONOMICFAIL – Con esta economía esa ley no sería más que un lindo porta vasos). Tras escuchar estas boberías deduzco entonces que ellos son candidatos de un único sector, que de por si es el sector con mayor abstención, por no decir que aproximadamente un millón trescientos mil jóvenes universitarios no se han inscrito en el Registro Electoral Permanente. Lo que falta es que digan que van a promover una ley donde la gente no se pueda matar, donde se prohíba la pobreza y que los arco iris deben salir una vez al día sobre una pradera llena de unicornios.
Estos Rainbow Warriors no están claros en las necesidades actuales del pueblo. Están jugando a la muletilla de la juventud, la familia, la pobreza y eso no es correcto. Estamos ante una situación meramente política, donde lamentablemente la gente no vota por quien quiere sino por quien le pongan y esto es peligroso, ya que en la Asamblea Nacional irían 10 jóvenes que no tienen experiencia laboral, no tienen experiencia vivencial, que no han conocido nada distinto al actual gobierno y que están donde están porque lamentablemente los partidos políticos no han aprendido en estos 10 años a no burlarse de la gente.
Ya vimos como estúpidamente lanzaron a Stalin González para Alcalde del Municipio Libertador y se vieron los resultados. Vean las pocas veces en que los jóvenes han llegado en protestas a hablar con representantes del gobierno y los desarman con un discurso vago (Caso marcha a VTV). Si en realidad la comunidad juvenil se quiere integrar a la política venezolana, deben escalar, un buen ejemplo de ello y el cual aplaudo es el caso de Freddy Guevara, Concejal Metropolitano.
¿Que pasaría si se perdieran en el interior los puestos de la Asamblea Nacional y solo se ganaran los puestos en el Distrito Capital y Miranda? ¿A quién prefieren si salimos siendo minoría? ¿Políticos formados o por formar? Otro punto, ¿están menospreciando las capacidades políticas de los candidatos oficialistas?
Por último les pido a los candidatos y a los periodistas que no cometan la infeliz imprudencia de comparar a esta juventud “política” con la Generación del ´28 porque son personas y situaciones distintas y principalmente ellos no eran Rainbow Warriors y Gómez no era mi pequeño Pony.