Si algo se destaca de la Administración Pública Venezolana, no es precisamente su exactitud, acierto o efectividad a la hora de tratar con el administrado en lo que respecta a la necesidad de realizar tramites cotidianos, sino más bien las largas esperas en colas de a veces cientos de metros, adicionalmente debemos soportar malos tratos, falta de precisión en lo que respecta a la información relativa a los recaudos necesarios, inexistencia de cruce de data entre los organismos públicos, sin importar que pertenezcan a un mismo Ministerio y muchos otros aspectos que prefiero no mencionar.
Cualquier Joven no mayor a 15 años podría llegar a preguntarse en una de las muchas colas que los Venezolanos hacemos ante organismos públicos, si sería factible hacer el mismo trámite por Internet, y por este simple hecho no debemos pensar que estamos en presencia de un Niño Genio, Prodigio, Indigo o Post Modernista, sencillamente debemos reflexionar y aceptar que estamos en presencia de una persona vigente, educada y tecnológicamente alfabetizada.
Imaginemos que nos trasladamos a tramitar una cédula de identidad. Lo primero es pagar unos aranceles en un Banco previamente designado, luego llevar una copia de la partida de nacimiento, una carta de residencia, timbres fiscales y todo esto previa cola no menor a una hora, salvo que amanezcamos en la puerta de entrada de la institución. Lo mismo pasa para tramitar licencias de conducir, revisiones de vehículos, tramites de pasaportes, cadivi, patentes, solvencias municipales entre otros. ¿Seria muy difícil diseñar e implementar una base de datos nacional?, los Bancos e Instituciones Financieras, así como las compañías de Seguro lo han hecho y desde hace mucho tiempo. ¿Seria muy difícil colocar en estas instituciones puntos de venta electrónicos para que la gente pudiera cancelar con sus tarjetas de débito los aranceles sin necesidad de correr el riesgo de trasladarse con altas cantidades de dinero?, todo el sector comercial del país lo hace. ¿Sería descabellado pensar en que si todos los organismos migraren su data a formato electrónico y lo pusieran a disposición de los demás entes estatales, se ahorraría tiempo y dinero al momento de formalizar los recaudos?. Imaginemos una base de datos con todas las cédulas en formato digital y así evitarnos la molestia de la muy famosa copia fotostática de dicha identificación.
Todas estas hipótesis deberían ser consideradas por nuestros gobernantes, pues no estamos hablando de casos imposibles ni insólitos, estamos hablando de realidades en sociedades como la europea y estadounidense, donde lograron en cierta época evolucionar a los tramites por correo y posteriormente adaptarlos a las nuevas tecnologías. Ahora bien, debemos también aclarar que en Venezuela han existido intentos en lo que respecta a esta materia, por ejemplo el pago de determinados impuestos a través de paginas web, la solicitud de citas para tramitar pasaportes el cual se encuentra vigente, así como la solicitud de divisas ante cadivi, pero todos estos tramites aun exigen presencia física de la persona y de recaudos, recaudos por cierto que la administración publica posee pero aun así nos los requieren cada vez.
Actualmente existen diversas normas en nuestra legislación que nos ayudarían transformar esta utopía romántica en una realidad, como es el caso de la Ley de Simplificación de Tramites Administrativos, la cual exige a todo organismo público a requerir y prestar información de los ciudadanos a cualquier otro ente que lo necesite. Asimismo poseemos una Ley de Certificación de Datos y Mensajes Electrónicos, la cual establece los medios para definir y certificar la identidad y autenticidad electrónica, lo que nos permitiría otorgar documentos públicos por medio digital, garantizando tanto la integridad como la autenticidad de los mismos. Obviamente ambas leyes no se aplican actualmente.
La razón de este problema es sencillo, no contamos con administradores o gerentes efectivos, contamos con políticos tecnológicamente analfabetas, contamos con funcionarios públicos que no poseen ni la capacidad ni el interés de implementar el uso de nuevas tecnologías en las funciones diarias de la administración pública, estamos en un país donde la emigración de jóvenes capacitados para esta materia es alta, pues afuera estos cambios están ocurriendo y requieren de tecnólogos, estamos quedándonos atrás. No basta con hacer un sistema de solicitud de citas, ni la elaboración de paginas web, hace falta mucho más que eso, hace falta una base de datos real de cédulas, de registro de vehículos, de antecedentes penales, de digitalización de documentos públicos y judiciales y principalmente, mejorar y educar al personal de nuestras instituciones, que a duras penas tiene el conocimiento básico para utilizar un simple procesador de texto.
O alfabetizamos a nuestras instituciones y empleados o la ineficiencia se extenderá con el pasar del tiempo, volviendo mas tedioso aun, por no decir imposible, los tramites públicos y motivando una tecnófobia que hoy en día no nos podemos permitir, si queremos estar a la par con este mundo globalizado del siglo XXI.